Una Crisis Silenciosa
Actualmente, pocos guatemaltecos están conscientes de la crisis de agua que se avecina para las futuras generaciones en el Valle de Guatemala ya que el 62% del abastecimiento es a través de la extracción de aguas subterráneas afectando así directamente los mantos acuíferos.
La mayor problemática que afronta el Valle de Guatemala, es que los afluentes que venían abasteciendo a la ciudad, se han visto comprometidos por el alto grado de contaminación, lo cual ha dejado como única alternativa la utilización de los mantos acuíferos inferiores, que en los últimos años han descendido exponencialmente, lo que prevé un colapso en los próximos años, al no establecer una nueva normativa para el uso de los mantos acuíferos inferiores.
El monitoreo de los pozos existentes ha demostrado que, el descenso de los acuíferos tiene un comportamiento exponencial como consecuencia de la sobre explotación de los mantos acuíferos inferiores.
Se estima que en las zonas sur de la ciudad de Guatemala, el descenso ha sido de 328 pies, con niveles de descenso que van desde 1 metro en los años ‘80, hasta 3 metros en el último año. Mientras que en el área norte estas estadísticas se duplican.
El contexto socio-político de Guatemala, actualmente no permite visualizar que, a mediano plazo se puedan utilizar fuentes superficiales de agua para abastecer la Ciudad de Guatemala y la Mancomunidad Gran Ciudad del Sur.
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“Nunca reconoceremos el valor del agua, hasta que el pozo este seco”